En nuestro país, por suerte, disponemos de muchas horas de sol, y gracias a ello podemos beneficiarnos de los recursos ofrecidos por la energía solar tanto en viviendas como lugares de trabajo y otros. Además, debemos ser conscientes de que en los tiempos que vivimos la responsabilidad hacia nuestro planeta y el medio ambiente es la clave para crear un desarrollo sostenible. Por todo ello, como especialistas en instalaciones de paneles solares, en este artículo queremos explicar cuáles son las características de la citada energía solar fotovoltaica, cómo funciona una placa solar para obtener dicha energía del sol y qué aplicaciones tiene.
Índice
¿Qué es la energía solar fotovoltaica?
Se trata de una de las energías verdes más conocidas y utilizadas en España por sus prestaciones. Además de ser una fuente de energía renovable, ya que se obtiene a partir de una fuente inagotable, que en este caso es el sol, es una de las más limpias y supone una perfecta alternativa a otros tipos de energía no renovables como la fósil o la nuclear.
Se caracteriza por utilizar la radiación solar para producir electricidad a través de un proceso de transformación que se denomina efecto fotoeléctrico. En él tienen protagonismo diferentes materiales, que son capaces de absorber fotones o partículas lumínicas y de liberar electrones.
Por otra parte es importante que mencionemos que no emite gases contaminantes o de efecto invernadero, sino que, por el contrario, es totalmente ecológica. Otra de sus ventajas es que su tecnología es modular, es decir, los paneles fotovoltaicos pueden utilizarse para el autoconsumo o para abastecer a la red eléctrica a través de grandes centrales.
Funcionamiento del panel solar para obtener la energía solar
Una vez que hemos explicado qué es la energía solar, podemos pasar a detallar cómo funcionan los paneles solares, responsables de que se lleve a cabo la transformación de luz (fotones) en energía eléctrica (electrones).
De forma general podríamos decir que una vez que la energía solar llega a la superficie terrestre, es necesario disponer de una instalación fotovoltaica para que esta pueda convertirse en electricidad. Pero ¿cómo se genera esta energía antes de llegar a la Tierra? Debido a reacciones de fusión que se producen en el sol, la radiación viaja hasta la superficie terrestre a través de ondas electromagnéticas.
Entonces, ¿para qué sirven las placas solares? La respuesta más acertada sería decir que, precisamente, para captar la radiación del sol mediante las celdas fotovoltaicas que componen cada panel utilizado y poder transformarla en corriente eléctrica. Cabe destacar que a día de hoy existen diferentes tipos como, por ejemplo, las placas monocristalinas o policristalinas. Las compuestas de silicio policristalino son algo más baratas, pero poseen una eficiencia menor que las monocristalinas, ya que estas están fabricadas con silicio puro. Dicho esto, pasaremos a hablar del funcionamiento de las placas fotovoltaicas.
Cuando la luz solar incide sobre una de las caras de las celdas o células fotoeléctricas, se lleva a cabo una diferencia del potencial eléctrico entre ambas en cada placa y eso produce que los electrones salten de una a otra de modo que se genera la corriente eléctrica continua. Esta se transforma en corriente alterna gracias a los inversores y, en el caso de plantas fotovoltaicas, los transformadores se encargan de elevar la energía hasta media tensión (hasta 36 kV) y las líneas de transmisión de distribuir esta energía eléctrica alterna, que ya es apta para el consumo.
Aplicaciones de la energía solar fotovoltaica
Una vez explicado el funcionamiento de los paneles solares, es hora de que hablemos de los usos más utilizados de este tipo de energía. Una primera forma de clasificar las aplicaciones de esta energía es haciendo una distinción clara entre los sistemas que van conectados a la red eléctrica y los que van aislados.
Sistemas aislados
Son aquellos que no están conectados a la red eléctrica y se instalan de forma individual. Esta alternativa evita que tengamos que llevar la línea eléctrica hasta el punto de consumo, debido a un acceso casi imposible o con un coste muy elevado como podría pasar en un chalet en la montaña o un hotel en un paraje aislado. Por ello, este tipo de autoconsumo ofrece una diversidad de aplicaciones de la energía fotovoltaica casi infinita.
Como ejemplo citaremos las señalizaciones de navegación aérea y marítima, los sistemas relacionados con telecomunicaciones o repetidores, el alumbrado público (paradas de autobús, monumentos o calles, por ejemplo), la electrificación en pueblos que están lejos de las principales redes eléctricas, los sistemas de depuración de aguas o las explotaciones agrícolas y ganaderas (bombeo de agua, métodos de riego, iluminación de invernaderos y granjas, etc.).
Sistemas conectados a la red eléctrica
Hablamos de grandes extensiones de terreno donde el objetivo principal es conseguir producciones a gran escala y vender la energía obtenida a la red eléctrica. En este caso, el sistema sí se conecta a la red eléctrica y los usuarios que apuestan por este método compran electricidad al precio establecido, pero, por otro lado, cobran a un precio superior los kilovatios verdes que su instalación produce.
Las aplicaciones principales en este tipo de sistemas son las centrales fotovoltaicas, en las cuales toda la energía producida se envía a la red eléctrica, y los sistemas integrados en edificios donde, en algunos casos, las placas fotovoltaicas cubren todas las necesidades eléctricas y suplen una gran parte de los elementos de construcción del edificio o vivienda. Así, el ahorro adicional es claramente visible.
En nuestro país, estos citados kilovatios verdes se benefician de una prima establecida por el Real Decreto 436/2004, además de una serie de ayudas a nivel nacional y regional.
Pero debemos pensar que la finalidad de este tipo de instalación en edificios no se basa únicamente en abastecer consumos eléctricos, sino en aprovechar las posibilidades arquitectónicas, que tanto tejados como fachadas ofrecen, para realizar la instalación del máximo número de placas solares posibles, y reducir así la compra de energía a las redes eléctricas comerciales.
En conclusión, esperamos que con este artículo haya quedado claro cómo funciona una placa solar y qué tipos de instalación existen. Nuestra empresa dispone de todos los conocimientos para informar y asesorar a las personas interesadas sobre las opciones posibles y cuál se adapta mejor a sus necesidades. ¿Hablamos?
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